Toma, viejo cordero, mi bastón
yo ya me canse de ser el pastor
Enseñame, cordero, el arte de la sumición
de la ignorancia, del hakuna matata
Has danzar este palo tallado
que diseñé con el tiempo y con piedras
Silva esa vieja canción de amor
Se, viejo cordero, mi pastor
Dejame ser parte del rebaño
que no consume nada más que pasto
para poder descansar en verano
bajo la sombra de un gran árbol
Pero ten cuidado, viejo cordero,
que la soledad del pastor puede hacer daño
pues da tiempo para que la razón
destruya al corazón.