En la esquina
Justo frente al Río
una casaMonumento
de paredes blancas
es testimonio
del diario
inmortal
Sus tejas
inmensas puertas
de madera
incitan a mirar
el inmóvil
letrero
Habla de historia
Indiferentes
el transeúnte
el borracho
los perros
los gobernantes
siguen su camino
Penitentes
orillas de piedraArena
salpican sus rostros
mientras
otro acontecer
aviva la magia
en la empinada calle del al lado
Su final
alcanza escalinatas
inolvidables juglerías
Miradas
repletas de soledad
discretas
detienen el tiempo
evocación de ayeres
Al fondo
parpadean
trozos de atarrayas
en su lecho
sin carnadas
ni sombrero
apenas
un amargo trago de aguardiente
Desde el castillo del silencio
las campanadas
rompen