Hoy se cayó un avión al mar, me han dicho,
con doscientos y pico pasajeros,
todos los que viajaban, extranjeros,
posible del azar fuera un capricho.
¡malditos agoreros!
Aquellos que iniciaron el trayecto
no pudieron prever tal desenlace
-lo que un día dios hizo hoy lo deshace-,
cada uno despeñó allí su proyecto,
para eso aquí se nace.
Se adelantó sin su consentimiento,
el trágico final no fue previsto,
no es cuestión de más tonto ser, más listo,
unirnos sólo queda al sentimiento
por deceso imprevisto.
Hoy muchos llorarán por los finados,
sus lágrimas inundarán la tierra,
y se volverán a oír sones de guerra
y afluirán agresores y agraviados
en esta vida perra.
©donaciano bueno
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