Apenas te conozco:
podría describirte
en adjetivos
o conjugarte en futuro.
Quizás tu nombre duerme en mí.
Pero, no más puedo decir de ti.
Me gustaría pasear
por los lunares que, seguro,
tienes en tu espalda
o volar con los miles de sueños
con los que, seguro,
te despegas de las sábanas.
Pero; no sé, es peligrosa
la dulzura que asoma
por tus pestañas.
Te conozco tan poco:
conozco tu risa, tu voz, tu silencio;
no más conozco de ti.
Ni la dulzura de tus labios,
ni el secreto de tu cielo.