Otra mañana,
la fiesta de pájaros ha vuelto,
me asomo a la ventana,
se balancean las ramas
¡Oh! La torcaza no ha muerto,
la he visto picar por allí y por allá
va buscando cositas de nuevo.
El nido anterior se ha destruido,
busca donde poner sus huevos
no está sola, vigila su fiel compañero
en una maceta llena de flores
espera la paja para tejer con esmero
un hogar seguro para el fruto de sus amores.