Otra vez los tropeles mercenarios
atormentan, feroces, a las gentes,
con el fuego de dioses insolentes
que despiertan instintos incendiarios.
Reclamando supuestos desagravios,
van forzando conciencias emergentes,
difundiendo con voces y con dientes,
las soflamas de absurdos partidarios.
Mensajeros de falsas historietas
engatusan al pueblo con mil tretas,
acatando infames ambiciones.
No respetan las dignas tradiciones
y las honras se vuelven obsoletas
porque no justifican sus traiciones.
Carlos Oyague Pásara