Inaccesible,
y luego tan comprensible,
Ya le tachan de insufrible,
porque le gusta ser libre.
Yo no le he visto rendirse,
y aunque se muestra irrompible.
Sus ojos se acuestan tristes
si no logra ser sublimes.
Su arrogancia muchos riñen,
para mí es apetecible,
cuando todo es inflexible,
él tiernamente sonríe.
Y en el fondo es tan humilde,
que a veces creo no existe,
con una vida de cine,
somos tan incompatibles.
Por tanto insisto en pedirle
que no se crea este chiste,
aunque parezca admisible,
aquí el más listo destiñe.
Y a usted no puedo batirle,
usted que goza lo simple.
A usted no puedo pedirle,
que se cuele en mi despiste.