Te vi con el placer que me arropaba,
cuando sentí tu pasión vehemente,
al rescatar aquel beso que estaba
viviendo en el olvido infelizmente.
Mi corazón impávido latía,
mi piel con tu masaje se erizaba
y mi rostro, en éxtasis, presumía
de tu mirada que lo penetraba.
Qué más amor puede darme la vida
que una pasión que no será perdida
y por mi amor siempre será arropada.
Abrazo la razón. Sigo soñando.
Sin importar el tiempo, ni hasta cuándo,
por el amor seguiré siendo amada.
Autora:
Amelia Suárez Oquendo.
Amediana
4 de noviembre de 2015