Solo son esos ojos,
esos ojos negros como la noche, profundos, oscuros,
esos ojos en lo que yo me pierdo
como una niña sin una madre,
como las olas sin la arena.
Son esos ojos,
los que se clavan en mí,
haciéndome llorar por dentro,
haciendo a mi corazón sangrar
por todos los recuerdos que me hacen recordar.
Siento envidia de que esos ojos
ya no se fijen en mí,
ahora se fijan en ella, que no te ama
como realmente te mereces,
al menos no te ama tanto como yo,
y no sufre tanto como yo lo hago.
Solo te pido algo,
cuando me veas, si es que algún día lo haces,
no me mires, fija tus ojos en algún punto,
pero no en mí,
no quiero sufrir más,
porque se,
que nunca será como antes,
se que ya, jamás me amarás.