La vida me conduce
por los caminos
de la inmortalidad...
mientras mis heridas
son curadas...
en arpegios de cristal y eco,
y en las desilusiones
edulcoradas del vivir...
tu labio se deshace
muy tímidamente...
en acordes
de melancólica quietud...
zaheridos de lirio herido
e inaccesible beso,
cascadas de rayo tierno
se deshacen silentes...
en los enardecidos acantilados
de mi dilatada herida.
P.D.: POEMA CREADO TRAS ESCUCHAR LOS CONCIERTOS DE \" LA STRAVAGANZA\"...
DEDICADO A LA MEMORIA DEL INSIGNE MÚSICO ITALIANO DON ANTONIO VIVALDI.