Y para Gris, escribiré mis versos
y plancharé con la emoción bravía
los arrugados horizontes tersos
que se perdieron de dolor un día.
Y lloraré menguantes de colirio
al aquilón de tus luceros rosas,
¡oh!, sí, serás el más hermoso lirio
junto a una bella flor que piensa prosas.
Y para Gris escribiré palabras
de eternidad y, cual millar de greyes
en tus cabellos pastarán las cabras.
Por eso amada, como los büeyes
labriegos surcas de piedad los campos,
siembro los versos, constelando muelles.
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David John Morales Arriola