Ahí donde el mundo cierra sus alas,
Ahí donde los hombres se esconden del frío,
donde la razón abre batalla,
ahí donde la idea surge altiva
mostrando su !vuelo y su talla!
Ahí donde sobré una silla un hombre se para,
para gritar al mundo:
¡Que no baje cabeza, ni esconda las alas!
¡Que no entienda razones que no sean humanas!
¡Que no pretenda que el frío cure sus llagas!
¡Que no grite dormido
Lo que despierto se traga!
¡Ahí surge la vida contrariada
del alma! Ahí se escucha a un Lenin;
!no bajar la guardia!