Habré de consumir las horas nuestras,
en la lentas volutas de un cigarro
el café frío de la espera,
me sabe amargo.
Mientras transcurren...
Éstas las horas nuestras,
horas robadas a lo cotidiano
el universo de tu nombre se parte,
fragmentados espejos de la nada,
todo es silencio, todo es ausencia
dolor que clava, lacerante.
Cíclica la vida,
nacer, crecer, morir…
y el amor que se asoma de a ratos.
Guardo en las horas nuestras
intensos orgasmos,
compases de los cuerpos,
gemidos,gritos, abrazos.
Encadenadas las caderas,
bocas hambrientas,
lenguas explorando,
cavidades húmedas de los cuerpos
... el deseo galopando.
Habré de consumir las horas muertas,
que no estas a mi lado.