Gabriel

La noche celta (Poema del Samhain)

La calavera vuela preparando su discurso
de traer una ruina breve y un planeta en sombras
luego del ataque a los hogares de Irlanda.

El hogar de la leña está encendido como fuego
y es calor abrasador el de la gente en las casas,
en los vaivenes de un mundo que quiere nacer de nuevo.

Jack prepara a sus soldados, acólitos grises,
y los huesos son de la lluvia un festín,
pero los celtas tienen un plan.

Son las brujas y hechiceras, los vampiros, esqueletos y demonios
que unen sus manos con la piel
y levantan la defensa de los tiempos.

Llegan las ascuas en llamas, la linterna,
la calabaza de Jack el campesino,
pero ellos dan origen a una fiesta

con la bandera de victoria siempre al frente
y purgando todos los restos del mal que se avecina.

Está llamando al espectro la campana.
Un nuevo encuentro la ceniza de aquel fin.