Devastar las horas con tu ausencia,
Abrumar mis tardes apartándolas
de tu boca,
Verme rogar por tus besos y mi vida.
Eso querías, amor, eso dejaste.
Aún intento seguir a fuerza de vagos goces
y tenues dichas:
Contemplar los detalles del tiempo aprisionados
aquí en mis fotografías que me acompañan
ignoradas por el mundo.
Más preciosos eran los atardeceres compartidos
por el roce de tu boca.