Muy cerquita de mi casa hay una escuela
llena de garrapatas,
mas no creáis que estas son de cuatro patas
sino de dos, que en zapatos llevan suela
y arrastrando van los pies, aunque les duela,
o deslizan por el suelo como ratas.
Por lo demás son amables los bichitos
que por allí pululan,
van igual hacia adelante que reculan
haciendo malabarismos, gorgoritos,
y algunos que otros mohines inauditos,
suben y bajan o inquietos disimulan.
Yo los miro y parecieránme una enjambre,
un nido, un hormiguero,
espectáculo de feria verbenero,
algo así como muñecos con calambre,
equilibristas nerviosos en la alambre
el bullicio en su expresión más bullanguero.
Para qué ocultar, los veo con envidia
pues yo lo que quisiera
es uno de ellos ser, acepto a cualquiera,
e inmiscuirme con ahínco en esa lidia.
Confesar debo por fin que me fastidia
ser ya un viejo con cachava y con chistera.
©donaciano bueno