Isabel Anhara

COMO EL AGUA CLARA

Mi dulce amor, eres como el agua clara;

cristalina como las gotas del rocío;

hermosa como lágrimas de lluvia

en los albores de la primavera.

De nuevo, ¡ojalá te viera!

 

Tu recuerdo discurre dentro de mis entretelas;

al socaire de un vendaval,

que rompe furioso

en un mar de soledad completa,

cual barco varado de raídas velas.

 

Siento tus manos aferradas a las mías,

asiendo el amor que partió un día,

enterrado a fuerza de desventura

entre abandonada tristeza

y trazos de locura.

 

No deseo dejarte partir;

tu memoria aviva la pasión, que otrora sentí.

Vivo entre dos mundos:

entre el cielo y el infierno;

a solas, evoco el bien que perdí.