Vientos tropicales sureños;
Que abanan a la tierra sin parar,
Tierra bendita, por su exuberante naturaleza;
Hermosa como el jade, de sus ancestros;
En un bello color verde natural.
Se escuchan sus cantos en sus cerros,
Se escucha la vida, en el rugido del jaguar;
Caminando a diario entre sus sierras,
Recordando su origen en el manglar.
Cantos de cenzontle;
Armonizan, en esta vasta tierra;
Todos cantan, nadie llora;
Porque ah nacido,
Mi Tabasco tropical.
Gritan todos;
Ah, nacido!
Nuestra tierra
Oh, nuestro edén celestial.
Juntos forman una fuerza,
Juntos luchan, por crecer,
Todos labran y trabajan;
En este paraíso del edén.
A ti, tierra de mis ancestros,
Que en tu gente veo crecer,
El progreso y desarrollo,
Para ver el sol nacer.