Risael Gradaje

Por eso en el amor, sálvese quien pueda.

Por eso en el amor salvese quien pueda, que las caricias salen caras y de las caras las sonrisas vuelan; en medio de la noche los recuerdos se congregan, y convierten toda alma en espina, bella herida; y todos se encandilan con el pasado venidero; dejando pasar lo importante, y lo importante no es dinero; por eso entre poemas algunos son felices, escribiendo hacia el futuro en medio de las tormentosas cicatrices; y otros somos nada con la musa en nuestra cama, tan dormida que nos mata la inspiración, inspiracion tan sana, y ya tan solos que hasta la soledad nos rechaza, sonreimos moribundos e insomnes a la muchacha mucama; que seria y poco guapa, nos mira y nos desea una buena madrugada; suenan las campanas y suenan los silbatos, en la calle esta la vida, pero otros preferimos quedarnos a tu lado... y morir... escribiendo aqui en el cielo, pronunciando los pronombres que una vez nos enloquecieron, continuando con lo calmo del dolor; huyendo, conservando aquel calor; mirando siempre por encima de aquel hombro, al hombre que se rie y siempre nos esta observando; ay de aquel que en tono burdo le aquejo, pues el nunca perdona, y siempre se desquita con rencor... por eso en el amor salvese quien pueda, que yo me he condenado, y los ojos a mi musa le he arrancado, y ahora solo escribo a su imagen agotado, sin poder dormir, ni querer soñar con el castigo propinado; por eso les deseo lo mejor a mis amigos, que de tanto escribir, se han comprado ya mis libros, y yo sin poder salir a saludarlos, pues prefiero estar aqui, con mi musa y sus halagos... quien mato a mi musa no merece ya mi llanto, pero a ella le extraño tanto, que ahora mismo, sufrir lo tengo contemplado; y he tomado los ojos de su craneo, para que la demas carne sea devorada por los gusanos; pero sus ojos no; sus ojos son mi regalo mas preciado; mi jardin enamorado; por eso en el amor salvese quien pueda, que yo no lo he logrado, y mira tu el pecado al que me he visto orillado... con los ojos de mi musa en el escritorio desordenado, con su mirada, observando a este tonto enamorado... por eso en el amor salvese quien pueda, que la mayoria por amar, arderemos en la hoguera...

 

Arderemos en la hoguera...