Donaciano Bueno

En la orillita del río

En la orillita del río

me lanzó un beso una flor,

me perfumó con su olor,

presintió mi desvarío;

yo le respondí, amor mío,

correspondo a tu embeleso

mas debes saber que un beso

jamás debe ser impío.

- - -

Que otra flor en la otra orilla

fue primera en regalarme

su olor, y quiso besarme,

y era hermosa la chiquilla;

mas yo respondí al honor

con una amable sonrisa

y ella se murió deprisa

y a mí secuestró el pudor.

- - -

Y apareció una tercera

que paseaba, mimosa,

no era flor, que era una rosa

luciendo la primavera;

se acercó hasta mí, certera,

y susurrando al oido

acelerando el latido,

me robó allí la cartera.

- - -

Y al fin ya me desperté

en un dulce sobresalto,

y buscando pegué un salto

y a ninguna yo encontré.

Dejen que llore su ausencia

que en mis lágrimas me ahogue

y en su imagen me desfogue

libando de su presencia.

- - -

Que aunque sé que fue irreal,

sólo sé que disfruté

y a su imagen sublimé,

el resto a mi me da igual.

Lo que importa es, si no fue,

lo que a mi me hizo sentir,

de placer llegué a morir

cuando pueda volveré.

©donaciano bueno