¡Oh Mujer, tanto te amaría,
hasta llorar y de amor palidecer!
¡Por un solo beso tuyo daría
la sangre que hace mi cuerpo arder!
¡Quiero, por mi alma enflaquecida
la pasión de las lágrimas sentir!
¡Gozar la inexplicable desdicha
de por amarte con frenesí, sufrir!
Y al ser herido por tu engaño
juraré no amar de nuevo, jamás...
Pero el juramento que hoy hago
es no vivir un instante, sin amar...
Desbordar el corazón de amargura,
víctima de tu orgullo y desdén,
rasgando la mortaja que te enluta,
volveré a la vida y a tu amor también.
Después de haber sufrido si es mi destino
precisare de nuevo volver a sufrir;
porque después de haberte amado es preciso,
¡amarte... y siempre adorarte...
hasta morir!