Sin esperarlo siquiera,
el amor llega de repente,
se asoma, atrapa silente
y nos llena de quimera.
Cuando el puñal hunde
y de tristezas nos llena
no hay paz solo pena
y de melancolía cunde.
Cuando el amor nos llega
de oro se viste el cielo,
se borra ese negro velo
si fuertemente nos pega.
¡Ah, pero mucho cuidado!
hay que llevarla despacio
el amor te roba espacio
y andas siempre atontado.
Cuando el amor llega
nos apareja felicidad,
con la mujer y su beldad
en serio...¡no se juega!
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN. MÉXICO, Nov.14/15