Lissi

La Gata Guarandinga...

Guarandinga fue la gata...
que sustituyó a Margules…el gato,
no es que hubiesen muchas ratas
sino por el recuerdo y los buenos ratos.
-La llamaremos princesa-
-no, quizá “niña”-
entre risas era el debate
y en una fugaz ocurrencia,
guarandinga, su nombre de pila.
¿Por qué ese nombre tan raro?
una y otra vez yo me repetía,
¡qué cosa tan fea! ¡qué cruel comparación!
pues el nombre se debía a que sustituir no podría
al gato que conquistó nuestro corazón.

La colegiala de la casa fue dueña de su amor,
y la gatita maullaba, maullaba por un poco de calor.
Al regreso del colegio, practicaban saltos gatunos
y en uno de sus saltos la gatita no tuvo tino alguno,
la gatita maullaba, maullaba de dolor…

Al veterinario…Oh, el diagnóstico
esta minina, familia no podrá tener
se ha lastimado y el bisturí tendrá que ver.
Guarandinga se recuperó y un enamorado
a casa se acercó, la pobre suplicaba
permiso para salir…
Más al saber de las consecuencias
del amor gatuno, no la queríamos perder.

Presa en la casa, parecía estar noche y día
y aquel enamorado suplicante la reclamaba,
cuando la luna resplandecía
Guarandinga…escapó a hurtadillas,
la princesa de manchas negras,
desapareció…y no la volvimos a ver.