Basta
¿Para qué invocar a la razón?
Si basta con el obstinado recuerdo,
imagen de tu cuerpo tendido,
caminos carnosos de valles alucinantes.
¿Para qué engañar al corazón?
Si basta cerrar los ojos
para ver la luz que bosqueja
aquellas curvas y líneas perfectas
que invitan al sensual desvelo .
¿Para qué negar a la pasión?
Si basta tenerte delirante
libando la miel de mi cadera;
utópicas sombras, suaves texturas,
matices de siluetas convexas.
Qué osadía recorrer veredas ocultas
en el mapa de tu vientre
donde abundan espejismos.
Basta de implorar que te alejes de mi cuerpo.
MKHH
Derechos Reservados.