Nicolás Rangel.

Un poema y después me olvidas.

No sé si soy poeta
ahora que te has alejado
o siempre lo fui
cuando me quisiste.

 

Pero estoy más jodido.

 

Mis manos pesan
y cada que te pienso,
un poco más.

 

Tienen tantos versos,
ahora mutilados
por evitar tu nombre
y tantas caricias nostálgicas
por que en su destino
ya no estará tu piel.

 

Porque te juro,
que escribir
es como pasar mis dedos por tu cuerpo,
y eso, lo más parecido
a leer tu tez
y que enamores mis neuronas.

 

Porque te juro,
ahora que no quieres leerme,
que estás más presente y hermosa
que la luna
en cualquier otra tristeza.

 

Nos quisimos
y las noches
reventaban en deseo
y aunque
jamás estuve preso
dentro de tu cuerpo,
conozco cada cosquilla y cada beso
capaces de detener nuestro tiempo,
idóneos para apagar el sol
y prender las estrellas,
esas tan bellas
que ponen tus ojos.

 

Era escucharte,
en tus susurros
y morir un poco más
por colgar mis labios
en cada uno de tus suspiros.

 

Y no te conozco
ni me conoces,
pero nos besábamos
con tanta furia
que la distancia se rompía,

 

Éramos nuestros
y las almas del viento.

 

Y ahora
que lo pienso
y que estás de nuevo aquí
bailando entre mis versos,
lo siento.

 

Siento ser lo que fui
junto con todas la promesas que no cumplí.

 

Siento tener la culpa
de tu tristeza
y la tinta de tus letras.

 

Lamento que te alejes
y nunca más regreses.

 

Porque en mis descuidos
olvidé que te perdía
y que otras manos
u otras caricias
a tu alma zurcirían.

 

Que otros brazos
mi recuerdo consolarían
y que toda esta poesía
jamás alcanzaría
para derribar la grosería
que existe entre tu mirada y la mía.

 

Porque mi nombre
ahora es tu olvido
y nadie muere más
que el olvidado,
esto será para ti,
que al final morirá
de tus labios a tu alma
como un simple recuerdo.

 

 

 

 

©NicolásRangel/Reservados todos los derechos.  Nov.2015.