Cuando sea viejo y sabio
y esté casi al final del camino
y mis ojos miren hacia atrás
como quien mira un sueño
regado de lágrimas y gozo
nada importará ya
fui mi amigo y mi rival
al final he de juntarlos en un abrazo
cuando mi corazón
solo sea un puño que se abra
una hoja rasgada y pulcra
cuando duela la respiración
por haber tropezado tanto
nada importará
pensaré que fui un soplo
de lejanas tristezas un proyecto
que tengo que terminar
espero que el tiempo no me alcance
recogeré la mies amarga
y la endulzaré con tardes de sol
y largas caminatas por las mañanas
de la mano del silencio, acaso
de los remordimientos y la agonía
no habrá más dimensión salvo
la que quedó atrás
sabio al final diré “¿para qué?”
Espero repetir las máximas de Nietzsche
tener las barbas del viejo Marx
acaso la desenvoltura de Satanás
las arrugas orográficas del mar
seré viejo y sabio
para algo habrán servido los gazapos
los silencios repartidos
las heridas nunca cerradas
los ríos habrán fluido en mis venas
que se cerrarán en piedra pulida
el viento habrá surcado mi piel
que tornará en almendra
en despojos de buitre y mineral
el sol habrá quemado
las hojas finales de mi biografía
habré renunciado al mar
y los huesos no serán
sino pilares que se deshacen
hacia la ruina y el despojo.