Murialdo Chicaiza

CUANDO SEA VIEJO Y SABIO

Cuando sea viejo y sabio

y esté casi al final del camino

y mis ojos miren hacia atrás

como quien mira un sueño

regado de lágrimas y gozo

nada importará ya

fui mi amigo y mi rival

al final he de juntarlos en un abrazo

cuando mi corazón

solo sea un puño que se abra

una hoja rasgada y pulcra

cuando duela la respiración

por haber tropezado tanto

nada importará

pensaré que fui un soplo

de lejanas tristezas un proyecto

que tengo que terminar

espero que el tiempo no me alcance

recogeré la mies amarga

y la endulzaré con tardes de sol

y largas caminatas por las mañanas

de la mano del silencio, acaso

de los remordimientos y la agonía

no habrá más dimensión salvo

la que quedó atrás

sabio al final diré “¿para qué?”

 

Espero repetir las máximas de Nietzsche

tener las barbas del viejo Marx

acaso la desenvoltura de Satanás

las arrugas orográficas del mar

seré viejo y sabio

para algo habrán servido los gazapos

los silencios repartidos

las heridas nunca cerradas

los ríos habrán fluido en mis venas

que se cerrarán en piedra pulida

el viento habrá surcado mi piel

que tornará en almendra

en despojos de buitre y mineral

el sol habrá quemado

las hojas finales de mi biografía

habré renunciado al mar

y los huesos no serán

sino pilares que se deshacen

hacia la ruina y el despojo.