Quizas; reconocer tu entorno,
y concluir los causales del desamor y la guerra,
nos lleve a sacrificar el placer de nuestros cuerpos.
Corrupciones e inmundicias
placer dolor y miserias;
hacen de nuestra existencia,
absurdo, ilógico, necedad;
adictiva, nuestra droga colectiva.
No estaremos en los cuerpos
que limitan con fronteras;
volaremos como esencias
que atraen almas con su aroma.