Este tonto corazón
De pichón, que vive en mí,
No me deja ser feliz,
Me atormenta sin razón.
Quiere siempre lo imposible;
Se atormenta y se desgrana
En múltiples sensaciones:
Anda siempre en la mañana
Dibujando corazones.
Aunque resulte risible
Con sus deseos de abrigo
Me causa, como castigo,
Un dolor irresistible.
Le digo que sólo quiera
A quien le dé su querer;
Sueña con una quimera
Con perfume de mujer.
Si sigue añorando estrellas
Se romperá en mil pedazos,
Será cual la pena aquella
Que se escondió en mi parnaso.