Cuando el mar está bravío
no me gusta ir a la playa.
que prefiero ir donde haya
una orilla junto a un río,
bajo algún chopo sombrío
contíguo a cañaverales
y en esos juncos cabales
ver como luce el estío.
Que ese fragor de las olas
me produce a mi tristeza
y me induce a la flaqueza
cuando allí me encuentro a solas.
Me trae reminiscencia
-mi infancia en Fuenterrabía-
la angustia que producía
de mi familia su ausencia.
Sólo si el mar está en calma
voy a relajarme al mar,
allí me pongo a pensar
y descubro que hay en mi alma
-miro al fondo y me recreo-
deseos de adivinar
dónde acaba allí el soñar
si al final nada ya veo.
Si pudiera yo crear
mi paisaje favorito
montaría un chiringuito
con chopos en el lugar,
de algún río un afluente
y unos arbustos frondosos
que me miraran mimosos
y así estar eternamente.
©donaciano bueno