Que el destino pueda otorgarme
la dicha de poder estar
frente al mar.
Liberar de problemas
que acechan y existen
en mi preocupada alma.
Poder volver a contemplarte,
estar frente a ti,
como todos estos últimos años.
Sería volver a tener
algo más de felicidad.
¡Porque la necesito!
Y...¡te necesito mar!
Lograr esa paz interior.
Espantar de mi corazón
las penas que en él existen.
Un deseo que pueda volver
a obtener, debido
a esta dolencia
que está en mi pierna...
Aparte de las extras
monetarias que día a día
se presentan...
Cerrar los ojos
y animarme hacer ese viaje.
Pero una de las verdades...
Tengo una especie de pánico.
De miedo.
Existen inconvenientes de salud.
Pero impera en mí
la necesidad de expresarme
tal cual lo estoy haciendo.
Llegar a estar frente al mar,
para serenar y apaciguar mi cerebro.
Sacar estos temores
por los altos precios.
Por esta suba de alquileres.
Por esta maldita inflación.
Por esos ahorros
que hasta hace unos meses poseía,
y que unos mal nacidos,
robaron hasta el último
peso que poseíamos...
Ya es pasado.
El futuro es el que necesito
enfrentar con valentía
y decisión...
Espantar estos miedos
que existen.
Han de ser los miedos
de la vejez.
Posiblemente.
Pero hace un corto tiempo,
no existían estos temores.
Es... esta alta inflación
la que detiene mi decisión.
Tenía, lo que tenía.
Ya no lo tengo.
Por haber sido robado.
¿Pero para qué
hacer este relato?
Porque lo siento.
Y lo transmito.
Una realidad.
Que comparto con ustedes.
¿A quién puede interesarle
esto que estoy expresando?
A quien fuere.
Así sea una sola persona.
La cantidad no me interesa.
Lo que es importante
es poder lograr estar frente al mar.
Que el destino
me lo permita.
Que mi decisión sea la correcta.
Estar frente al mar...
para que mi mente
se libere de los problemas
diarios de los jubilados
de éste, mi país,
mi amada Argentina.
Derechos reservados de autor (Hugo Emilio Ocanto - 10/11/2015)