No comprendo como respiro,
Sin el aliento tierno de tu eterno musitar,
No comprendo como aún mi corazón sigue vivo,
Sin el calor de tus besos, en este solitario andar.
Pretendo comprender,
Las cosas simples de esta vida,
Y en ese arduo trabajo de entender,
No concibo la vida sin ti a mi lado,
No concibo la vida sin poderte querer,
No concibo la vida sin tu amor enamorado,
No concibo la vida…
Como pálida luz de anochecer.
Comprendo que las palabras,
Son ahora un vano intento de concebir,
El latido incipiente de un nuevo día,
El sueño dibujado de una vieja noche,
La manta raída de mis cobijas,
La taza llena, de un dulce café en pleno día.
No comprendo y deseo comprender,
Como mis pasos, esperan aún al lado del camino,
Como mis manos anudadas entre sí,
Tiritan de amor por solo verte, y así quedar agradecido;
No comprendo y deseo comprender,
Por que mis labios,
Aún guardan mil frases de mucho amarte,
Y en su largo y ansiado pergamino,
Sellan su amor con lacre de mi sangre, y un poco de vino.
Concibo una vida, y en ella el regalo de tu amor,
Y aún en mi quimera,
Sigo soñando con tus besos y el desamor;
Concibiendo la vida,
Y esperando por ti algún día,
Me siento bajo la lluvia,
Para pensarte y creer que aún existen,
Los milagros del Amor.