Los poetas toman wiski y miran
Al cielo empírico, a la luz de una
Vela con el toque de la muerte
Que consume el oxígeno y el pisquero .
Ningún libro puede ayudarme a hora.
Creo que estoy maldito desde siempre,
A diario contemplo el reflejo de mí
Rostro marchito.
Musa se inquietaría, naces cuando me inspiro
Alumbraría echa rima y suspiro.
No sé por qué razón no puedo dejar
De mirar a la vela y rimar.
Observando la garra de Fredy cruguer
Extorsionándolo en sociedad con Morfeo, mujer.
Quisiera que la noche no acabara nunca.
Para seguir siendo poeta de madrugada.