Holocausto de sentimientos
volaban dentro de mí
como enardecida parvada
sin tener por donde fluir.
Un viejo tocadiscos
repetía insistente la misma canción
que solo entristecía mis días
es aquella oscura habitación.
No sé si fue tu recuerdo
o solo esta vieja manía
de mirarte hasta en la niebla
que sé densa en la cornisa.
En esa vieja mesita de roble
miro a través de mi ventana
intentando describirte en versos
que alegren mi devastada alma.
Cesaré mi llanto en hojas
que describan mis mañanas
en las que te veía caminando
de mi mano, a orillas de la playa.
Autora: Tisbet Gonzales
Derechos de autor reservados
México.