Deseo ver tu corazón en carne roja,
tu piel con tono de libre carmesí
con un leve y adorable sonrojo
sobre tus suaves mejillas.
Todo para marcar sobre tu cuerpo
ligeros toques con mis labios excitados
por tu pasión, tu ser; y en este momento,
no estoy por lo carnal que todos gozan
sino por el goce de tenerte entre mis brazos.
Cada mañana es el ungir de mi cuerpo
con el vapor de tu tez, es el momento
donde mi piel tendrá el gustoso olor
de mi rivalidad con tus arrogancias,
miradas tajantes y desperfectos.
Tendré el leve toque de mi mano,
amándote y eternizando tu silueta,
sobre los tenues dobleces de las sábanas
que conservan momentos como uno solo.