¿Qué te hace pensar que te quiero?
¿Mis palabras falsas?
¿Mi guión frívolo para envolverte en sábanas?
¿Descifras mi ironía?
¿Y mi burla a tu triste incredulidad?
¿Qué te hace pensar que te extraño?
¿Mis besos intensos?
¿Mi lengua en tu piel?
¿Mis labios en tu vientre o mi mirada en tus senos?
¿Qué te hace creer que te sueño?
¿Mis poemas procaces?
¿Mis lujuriosos versos o mis falsos escritos?
¿No te das cuenta que la eyaculación se tragó el interés momentáneo?
¿Es que no decodificas mi mirada esquiva, después del acto?
¿No sientes el frió de mis palabras o el golpe de mi desinterés, después del acto?
¿Y el deseo marchito, después del acto?
¿Difícil saber mi notoria condescendencia a tus propuestas futuras?
¿Logras percibir mi desprecio, después del acto?
¿Qué te hace verme como ángel de amor?
Si solo soy una gárgola de horror,
Solo soy un mortal que olvidó amar
Un renegado de la vida, un maldito vengador
¿Por qué?
¿Por qué me tienes en un altar de luz?
Si bien merezco estar en cavernas infernales
Si bien merezco ser mordido por gusanos
Si pronto seré un cadáver reventado
Yo no sé amar, poco me temo que nunca amaré
Solo espero la muerte, y espero ella me espere
¿Por qué?
No merezco bondad, ni amor
Traigo el alma maltrecha
El corazón podrido, maloliente
No dejaré nada al terminar con mi existencia
Unos cuantos libros
Algunos poemas, y muchos problemas
Versos siniestros, fallidos y sin métrica
¿Me quieres aun?
Antes del acto te deseo,
Como un náufrago desea agua dulce
Como un bebé el seno cálido de su madre
Como un creyente a su fe
Como mi padre al “omnipotente”
Como Satán a la humanidad
Como yo te desprecio, después del acto
¿Me quieres aun?
No te quiero después del acto.