Lejos de oír el sordo solo repetía, lo poco que entendía, lejos de ver el ciego solo veía las sombras que quería, huimos, escondiendo nuestra alma de aquello que podemos ver, pero a lo cual no queremos dar forma, de aquello que existe pero no queremos repetir, de todas las cosas en las cuales creemos para ocultarnos, pero que siempre dejan pasar los rayos de nuestra soledad, de todos aquellos refugios donde dejamos nuestros miedos, para que no sean lastimados por verdades, dibujamos sonrisas en calamidades, fingiendo angustias en banalidades, ponemos precio a un te quiero, sin invertir en un te amo, amamos el dinero como si fuera un ser humano, atesoramos pesares como si fueran bondades, soltamos camino a pasiones sin destino, sin ligar compromiso llegan consigo, suspiramos de espejos solo en anhelos, dejamos el cielo por probar de lo nuevo, rompiendo ilusiones sin más corazones, cortando las dichas en simples manías, seguimos los ciclos sin pausa y sin piso, teniendo estudios, trabajos e hijos, muriendo en los años con los mismos abecedarios, esperamos milagros sin actuar con las manos, esperamos alegrías solo con fantasías, libramos las guerras de puras vergüenzas, sabiendo que en nuestra humildad estarán ya las treguas, sordos de amor, ciegos de vida, lánguidos de dicha, seguimos jugando la partida de vida.