En la rosa, su perfume
En la tarde, su encanto
En la brisa suave, el lenguaje que ahuyenta el llanto
En los pájaros, su canto
En los parques, el banquillo
En los ojos de la gente, el lenguaje que no pierde brillo
En la canción, el recuerdo
En un bolero, las sensaciones
En las alegrías compartidas, el lenguaje de las emociones
En un libro, su enseñanza
En un poema, una ilusión
En la lectura, nos adueñamos del lenguaje de una pasión
En los niños, la esperanza
En los jóvenes, la actitud
En los ancianos, el buen consejo en el lenguaje de plenitud
En el abrazo, el sentimiento
En los besos, el corazón
En las caricias sinceras, se despliega el lenguaje de amor.
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11-11-2015
Isis M, Soñadora
CUARTEL