Anoche fui tan feliz, gracias por estar ahí conmigo…
Cuando te ví, no creí que fueras tú… pero quién más
tendría esos ojos tan profundos en los que me
pierdo y llego directo a la isla del amor?
quién más tendría esa sonrisa tan sutil que me
hace flotar en un cielo de felicidad? Solamente tu.
Y de pronto, te ví junto a mí… no podía contener
la alegría que sentía mi corazón… El tiempo se
detuvo y todo giró alrededor de ti, de tu dulzura
tan masculina y de tu cabello de espiral.
Me invadía el júbilo… caminaba tan suavemente
y con gran atención te escuchaba hablar… como
si tus palabras fuesen la más hermosa melodía.
De pronto, tus manos y las mías se entrelazaron
y te acercaste lentamente a mí y me estremecía
con cada centímetro que avanzabas. Tan
sorpresivamente me vi entre tus brazos:
tu corazón y el mío latían
al mismo tiempo formando uno solo… dos
personas, un mismo corazón. Me sonrojé cual
manzana en primavera, me miré en tus
ojos con gran timidez, sonriendo muy nerviosa.
En un instante cerré mis ojos, fue un impulso.
Percibí tu aroma tan fresco como una flor al
alba y tu aliento se combinó con el mío…
Entonces, sentí una delicada caricia, tan suave
como algodón… era el rose de tus labios.
Mi corazón se aceleró sintiendo la calidez
de este amor…y de repente, escuché un
extraño sonido, y… desperté!,tan solo dormía.
Así que, puedo decir que anoche soñé con un
Ángel, un ángel tierno, gentil y sencillo.
Tú, mi lindo ángel sin alas.
Anoche fui tan feliz, gracias por estar
ahí conmigo…en un dulce sueño de amor.