Hisopo

Ultimó

Se puede oír

el aullar del lobo hambriento

que desde las blancas montañas

trae el fuerte viento

 

Mi mano izquierda

sostiene el oscuro café

Ya está frío

Con la derecha esfuerzo un poema

que mi mente retiene

 

Mis parpados ya no

ya no  pueden sostenerse

Esperaré inconsciente

el próximo amanecer

 

Aunque sé

sé que no llegará jámas