¡Oh señor de mi sueño!
Gracias por amarme tanto,
y consolarme,
cuando mi mundo se desprende,
y mis tardes son diferentes….
En silencio, suavemente rozas
tus labios por mis mejilla,
secas una, a una de mis lágrimas,
y mimas mis cabellos,
apoyas tu boca sobre mi boca;
tu amor resplandece mi alma,
mi soledad se marcha….
Eres mi amigo y compañero;
siento que me amas,
como el mar ama sus olas,
y nunca las abandona,
como las gotas de roció,
requieren sus madrugadas,
así te preciso yo amor mío…