Dicen que la paciencia
no se debe acabar
la niña de sus ojos
ya no me quieren mirar.
Será capaz de contar
lo que está mirando
o también perdió la vista
de ese paisaje blanco.
O gritar el agrado
de no saber donde va
es como estar parada
al borde de la eternidad.
Esa a donde te vas
solo con el alma
no habra laureles ni palmas
solo amor y nada más.