Vuela mi beso buscándose,
por tus labios, mordido.
Se para su sombra, en tu boca,
encendiendo suspiros.
Y, de nuevo, el deseo me acosa
mordiéndome libido.
Quiero apagar mi boca
y hacer sombra en tus poros
recorriéndote toda.
Que el elixir de tu carne
al tacto de mi boca
pueda, al fin, liberarme
de la antorcha que brota
en mis costados y darme
la dicha toda.
Pedro Jesús Cortés Zafra.