Aún es temprano
quedan largas horas
pero el Café Tango
no duerme
y en la tensa espera se engalana
ante el duelo contra Holanda
y el azul y el blanco
albiceleste
asoman en mi Oviedo
del alma.
Quien me iba a decir a mí
caminando por mis calles
que bajando Gastañaga
y cruzando el Campillin
se llegaba a Buenos Aires.
Carlos
Gastañaga, calle de Oviedo paralela al Campillín,
un parque del barrio que lleva su mismo nombre