Hisopo

XVIII

El sol

como todos los días

se escondió bajo el sotano

Se fue a visitar otros campos

 

En su reemplazo llego la Luna

a disipar un poco

la oscuridad que abraza

hasta el último punto del paisaje

 

En el cielo todavía quedan

un par de nubes errantes

que dejo el lluvia

el telón

 

Los insectos se adueñan

de los grandes jardines

los grillos le cantan al lago

que hace de espejo 

a todo lo que flota sobre él

 

Pájaros salen de caza

Una débil brisa hace

danzar a los árboles

Un cazador se pierde en el bosque

 

La marea sube silenciosa

En la arena hay un fogón

que aviva la alegría

de unos jovenes artistas

 

Un perro sin hogar

busca comida-basura

en las bolsas negras de nylon

Las cortinas se cierran

 

Los gatos son pardos ahora

invaden las sombras de la ciudad

Delincuentes preparan trampas

para inocentes despistados

 

¡Bang!

Despiertan las leyes del hampa

El crimen duerme de día

 

En el desierto

la arena y el viento

le juegan una broma macabra

al explorador durmiente

 

Una pareja se ama

entre las siluetas del silencio

El goce y el placer

del hombre y la mujer

 

Yo enciendo un faro austral

único dulce hogar

para un hombre y su soledad

Las olas chocan con violencia

contra las piedras y mi presencia