No tengas miedo…
Con el paso del tiempo, viene el olvido;
la soledad y la tristeza ya quedan atrás;
el viento cantarín arroja un gemido,
al ver en tu rostro una era solaz,
que aviva el fuego de un amor sentido.
Cruzaste océanos de fuego,
vadeaste caudalosos ríos,
en pos de un hermoso sueño,
ese que es tuyo y mío;
amar y ser amada sin dueño,
dejando, a tu paso, aquel gran vacío.
No tengas miedo…
La hechicera luna brilla en lo alto;
la campiña se viste de flores;
los ríos quiebran su curso entre saltos;
la Naturaleza entera te rinde honores,
festejando tu belleza con su dulce canto.
No más temor, soledad, ni llanto;
en la eternidad, ya eres libre;
tu alma y la mía son una;
mi amor hace que tu corazón vibre,
al son de una canción de cuna,
que entrelaza su eco cual mimbre.