Cual felino salvaje que al acecho,
a su presa inocente se abalanza,
el hombre sediento de venganza,
sigue rastros que mujer ha hecho.
Sigiloso, tras huellas no se cansa,
del agua cristalina, busca pantano,
ojos morbosos su placer mundano,
y consigue pruebas que le alcanza.
Cae sobre la víctima, su fiel amante,
a descargar toda la rabia contenida,
y sin importar nada el causar herida,
pecador convertido es furia lacerante.
Fiera su mente, desgarra su alma,
tormentos y dudas quitan la calma,
lágrimas, gritos, penas sin sentido,
porque ella jamás lo ha envilecido.
Cuantos hombres hay en este mundo, que obcecados por celos profundos, miran fantasmas en flores y ramas, van causando tormento en quienes los aman, dudan de todo, no creyendo en nada, se hacen gendarmes del sagrado oficio, de condenar inocentes por mero des quicio, y pierden la calma junto con el alma, son infelices por su propio vicio, y se pasan la vida buscando a su perfecta dama.
Raquelinamor
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001/11072015