¡Maldito bicho posado en mi mollera!
dime ¿quién te ha dado a ti consentimiento
para ensuciarle y oler mi cabellera
-mosca, molesta y malvada cojonera-
dibujando un trazo gris, un sedimento?
¿Por qué andáis en torno a mí revoloteando,
molestándome y zurrando la tabarra,
-con mis manos dando caza yo intentando-
y vosotras una y otra vez burlando
en, sucias, posar las patas en mi jarra?
De otros bichos se comentan sus ventajas
mas vosotras, tristes moscas, puñeteras,
a nadie oí que dijera que sois majas
pues estáis en el manjar y en las mortajas
a joder a los humanos las primeras.
Incluso dicen, no sé si será cierto,
que sois un gran transmisor de enfermedades
que trasladáis desde el uno al otro huerto.
Sois, perdonar que os lo diga así, un entuerto,
un dechado de guarradas y maldades.
©donaciano bueno