Este huracán me guiña un ojo,
esta calma tan arriesgada,
esta puerta que está atascada,
hay dos llaves en el cerrojo.
Este mapa sin rutas,
este alfiler que no enebro,
este alquiler de cerebro
en el que habitan ocupas.
Este silencio,
se hace más largo
que caminar recto.
Este embargo entre tus piernas.
Este vacío tan amargo,
cuando me pierdo
entre entrañas tiernas.
Este recuerdo zarpa
si llega el olvido,
pero este barco es una maqueta.
Y deja como ancla
un olor conocido,
pues no había espacio ya en su maleta.