Dexter lleva el poema hacia una oscuridad
llena de manos que salen de la tierra.
Mar lo desvía hacia la pálida luz del vacío.
Es casi noche y voy en el bus, observando cómo todo muere -o como vive al fin-. Observo y observo y pienso en ti, en el poema inminente, en ti, en las intensas siluetas de las cosas, el monte la boca del monstruo, luces pequeñas de otros autos que no logran vencer a lo inevitable de la hora, en la manera en que las cosas pueden ser diferentes cuando la luz deja de mostrarnos la verdad o la mentira, porque ni siquiera importa, es una mera percepción, y otras percepciones no las tendremos jamás, porque nuestros ojos ya tienen asignado lo que deben ver...
Dexter: oscuridad que abre nuestros ojos hacia lo que podría haber sido.