Desde lejos mi pupila acaricia
una hoja verde que en su centro lleva
unas gotas de lluvias, cristalina sonrientes
que saltan a mi memoria tu recuerdo
¡No sé si te amé!
¡No sé si me amasteis!
Solo sé que debo olvidarte…
En el verano el roce de tu mano,
estremecía mi cuerpo
tu erar la reina de mis madrugadas,
cada mañana el sol sentía vergüenza y se ocultaba,
frente tu belleza….
En el invierno, te vi,
muy bien acompañada
del brazo de otro, como si nada
tu mirada se clavó en mi mirada,
y de pronto retiraste tu mirada
¡Ya sé que nunca me ama te!
¡No sé si yo te amé!
Solo sé que, de tu amor, no queda nada…
Desde este arroyuelo te digo adiós,
debo emprender un nuevo vuelo,
embriágame de la aroma, de otras flores,
Buscar consuelo en otros campos,
cultivar en el sabor de las uvas,
un nuevo encanto que, llene mi alma,
del amor que estoy buscando,
en el silencio quedarme quieto,
hasta que mi corazón sienta
que, de nuevo estoy amando…